Se acabó, todo se acabó. Finalmente voy a volver a mi vida tranquila. Entregué 50 pedidos al día, cambié la batería dos veces, aunque fue duro, me sentí realizado. En el mundo de las criptomonedas, todos tienen un A8, mientras que yo he perdido tanto que hasta me van a quitar la ropa. Se acabó, realmente se acabó. Adiós a ese sueño etéreo. Cuando ustedes compraban Bitcoin, el semáforo verde justo se encendía delante de mí. Desde entonces, tomamos caminos diferentes, hermanos. Pero no importa, pronto nos volveremos a ver. Te esperaré en la próxima esquina.