"¿Cómo sería esto si fuera fácil?" es una pregunta tan encantadora y engañosamente aprovechada. Es fácil convencerse de que las cosas tienen que ser difíciles, que si no estás haciendo redlining, no te estás esforzando lo suficiente. Esto nos lleva a buscar caminos de mayor resistencia, lo que a menudo genera dificultades innecesarias en el proceso. Pero, ¿qué ocurre si enmarcamos las cosas en términos de elegancia en lugar de forza? A veces, encontramos resultados increíbles con facilidad en lugar de estrés. A veces, "resolvemos" el problema replanteándolo por completo.